Un buen protocolo en la fase de criadero permite reducir un producto comercial de alta calidad morfológica, lo que ayuda a la comercialización de los peces. Para obtener peces de alta calidad y con bajas malformaciones se deben tener en cuenta, entre otros aspectos, los efectos positivos de la baja densidad de cría y el mayor volumen de agua disponible durante la fase criadero.
Al menos, así ha sido considerado desde siempre desde un plano teórico. Ahora, un reciente estudio de investigadores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria ha confirmado que la alta densidad de siembra para la producción de dorada es más determinante que el volumen para que se produzcan anomalías esqueléticas en la mandíbula, cuerpos vertebrales y arcos en post-larvas de los peces.
En el estudio también han participado investigadores de diversas universidades europeas, entre otras, la Universidad de Roma, del Centro de Investigación Zootécnica y Acuicultura de Monterotondo, y de la Asociación de Piscicultores Italianos en Italia; de la Universidad de Ghent, en Bélgica; la Universidad de la Sorbona, en Francia; y la Universidad de Indiana, en Estados Unidos.
Los factores conductuales o metabólicos, señalan en el estudio, también podrían haber estado involucrados en los procesos de modelado que conducen a las tasas más altas de anomalías encontradas en peces de condiciones de alta densidad, al menos, en un ensayo experimental para esta especie y para esta etapa de vida, como señalan los investigadores.
Para el experimento de 60 días de duración, los investigadores utilizaron un lote de 615.385 huevos del mismo lote. Probaron tres densidades: una baja de 25 larvas por litro, otra media de 125 larvas por litro, y una tercera de 250 larvas por litro. Igualmente usaron dos volúmenes de agua, de 500 y 1.000 litros.
Los resultados mostraron que las larvas criadas en baja densidad fueron “significativamente más largas y pesadas que los peces criados en alta densidad”. Además, estas doradas, mostraron una reducción significativa en la frecuencia de individuos con anomalías en mandíbulas, forma del cuerpo vertebral y arcos vertebrales en comparación con las condiciones de densidad media y alta, “lo que está en acuerdo con experimentos previos realizados en especies modelo y subadultos en dorada”, señalan.
Los investigadores sugieren que investigaciones futuras deberán considerar análisis anatómicos, histológicos y estadísticos, así como bioquímicos, conductuales y epigenéticos de repeticiones adicionales.
Estos hallazgos, como señalan, subrayan la importancia de considerar cuidadosamente la densidad de siembra en las prácticas de criadero para minimizar el riesgo de anomalías esqueléticas en los juveniles de dorada, lo que podría tener implicaciones significativas para la salud y el bienestar de la población de peces en criaderos marinos.
Referencia:
Zachary Dellacqua | Claudia Di Biagio | Arianna Martini | Francesco Mattei | Arnold Rakaj | James C. Williams Jr. | Andrea Fabris | Marisol Izquierdo | Clara Boglione. Skeletal anomalies in gilthead seabream (Sparus aurata) larvae reared in different densities and water volumes. World Aquaculture Society
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