Un equipo de investigadores de diversas instituciones de prestigio a nivel europeo ha querido descubrir el nuevo “Santo Grial” de la nutrición piscícola preguntándose si verdaderamente existe una única fuente de nutrientes capaz de sustituir a la harina y el aceite de pescado.
La respuesta es rotunda, no existe ninguna materia prima capaz de aportar el perfil de aminoácidos y lípidos omega-3 de la manera que lo hacen estos ingredientes marinos. Sin embargo, y tras una revisión científica consideran que la “solución más prometedora” pasa por una combinación de ingredientes alternativos que, de manera conjunta, puedan ofrecer un equilibrio entre la sostenibilidad económica, social y ambiental.
En su explicación los investigadores analizan el papel de las microalgas, los insectos, las proteínas unicelulares y el krill, cada uno con sus propias fortalezas como ingredientes y limitaciones.
Por ejemplo, destacan de las microalgas como una de las mejores alternativas por su alto contenido en ácidos grasos omega-3 (EPA y DHA), proteína y otros nutrientes esenciales. Además, son una fuente sostenible y ambientalmente amigable. Sin embargo, su alto coste de producción es visto como una limitación a su uso.
La harina de insectos, por su parte, es especialmente interesante, destacando la mosca soldado negra (Hermetia illucens), ya que tiene un alto contenido de proteínas y una baja huella ambiental. Sin embargo, presenta deficiencias en ácidos grasos omega-3, lo que podría requerir una suplementación adicional.
La harina de krill es una fuente de proteínas de alta calidad y contiene buenos niveles de ácidos grasos omega-3, además de astaxantina, que es beneficiosa para la pigmentación del pescado. Sin embargo, su coste y posible acumulación de flúor en los peces limita su aplicación masiva.
Las proteínas unicelulares, derivadas de bacterias y hongos, son prometedoras debido a su alta digestibilidad y perfil de aminoácidos. Su producción aún es costosa, pero se espera que los avances tecnológicos que están por llegar reduzcan la actual brecha en este campo.
Las harinas de subproductos animales terrestres (PAPs) son una opción económicamente viable y ampliamente disponible, aunque presenta limitaciones importantes en cuanto a su perfil de ácidos grasos y posibles preocupaciones regulatorias, particularmente en Europa.
Los expertos también advierten que el el camino hacia un futuro más sostenible en la acuicultura no pasa por encontrar un solo ingrediente milagroso, sino por desarrollar un enfoque multifacético, que combine ingredientes noveles, innovaciones tecnológicas, y modelos de producción integrados para abordar los complejos desafíos que enfrenta el sector.