La acuicultura desempeña un papel vital en el escenario global actual, donde la población no deja de crecer y la búsqueda de opciones sostenibles para el abastecimiento de alimentos es una constante. Las aguas donde se desarrollan los distintos sistemas de producción de alimentos azules son una fuente de proteínas, omega-3, vitaminas y micronutrientes esenciales para una población en constante crecimiento.
Pero no se trata sólo de alimentar al mundo, sino de hacerlo de una forma respetuosa con el entorno, de forma más eficiente y preservando los recursos naturales. La acuicultura requiere de ríos y mares limpios y saludables, y se erige como un ejemplo de sostenibilidad y eficiencia utilizando los recursos naturales de manera respetuosa.
Además, lo hace en zonas periféricas que necesitan nuevas oportunidades económicas. Nuestro país tiene excepcionales condiciones para la acuicultura, y ésta podría ser una actividad vital para la España vacía y para las zonas costeras con insuficiente actividad económica a lo largo de todo el año.
La inversión de la acuicultura en las comunidades locales está llena de sinergias, mejorando las infraestructuras y revitalizando zonas amenazadas con la despoblación. Donde hay granjas de peces, hay manos jóvenes que encuentran empleo y el ciclo de la vida florece. Surgen nuevas familias y se llenan los colegios, y con cada paso adelante de este sector se promueven servicios para la comunidad: restaurantes, servicios médicos, zonas de ocio, entre otros.
La producción de peces y mariscos a través de la acuicultura es garantía de que las futuras generaciones tendrán un medio de subsistencia.
En España, la acuicultura supone más de 11.300 empleos directos e indirectos relacionados con las operaciones de las granjas, la transformación, la comercialización y la distribución de los productos.
Las zonas rurales y costeras ofrecen rincones extraordinarios donde producir alimentos acuáticos de gran calidad.
En España se producen pescados y mariscos vinculados estrechamente con nuestra cultura gastronómica y con la diversidad de sabores que los productos acuáticos consiguen alcanzar.
Rodaballos, lenguados de Galicia. Truchas de Aragón, Castilla y León, Castilla La-Mancha Galicia, Cataluña y La Rioja; entre otras zonas. Esturiones y su caviar en los majestuosos paisajes naturales del Pirineo aragonés y navarro, así como de Loja en Granada, y Fuentidueña en Segovia. Más que manjares gastronómicos, representan un vínculo inquebrantable con el territorio y la naturaleza.
Doradas, lubinas, corvinas y anguilas de nuestras costas en Andalucía, Comunidad Valenciana, Región de Murcia, Cataluña y Canarias que hacen las delicias de cualquier persona que quiera disfrutar de un pescado de calidad. Cada plato es un tributo a la riqueza natural y una invitación a volver a visitar esas zonas tan singulares.
La producción local de pescado y marisco te permite disfrutar de alimentos frescos y de gran calidad y, también, tiene un papel importante en la promoción de productos de “kilómetro cero”, conocidos también como alimentos locales de cercanía. Esta forma de producir reduce la huella asociada al transporte y a la distribución, promoviendo una alimentación más sostenible desde el punto de vista medioambiental.
Consumir pescado local es apoyar a tu entorno y al tejido social y económico.
Al apostar por los productos de cercanía, no sólo estás reduciendo el impacto en el planeta, estás ayudando a tu vecino. Detrás de cada pescado hay una historia, una pasión por el trabajo bien hecho y una conexión con la tierra.
Otra forma de contribuir al desarrollo de la economía local se centra en las grandes implicaciones que tiene la actividad acuícola en la transferencia de conocimientos y técnicas de vanguardia puestas en manos de las comunidades locales, mejorando las habilidades de sus habitantes y posibilitando un horizonte de prosperidad compartida.
La acuicultura es más que pescados puestos en una mesa para su disfrute, es el presente y el futuro, y un ejemplo de cómo el progreso contribuye a una vida mejor en la que el uso sostenible de las aguas de los ríos y mares son la clave para alcanzarlo.